La cuenca del Río Claro narra su historia desde tiempos inmemorables a través de las piedras y las especies que en ella habitan. Es un territorio muy diverso y único que ha vivido muchos cambios y que nos invita a reflexionar sobre la vida en nuestro planeta y nuestro rol en ella.
Esta región se caracteriza por albergar una gran diversidad de especies animales y vegetales, muchas de ellas endémicas del Magdalena Medio (es decir exclusivas de esta zona). Lo anterior sucede ya que las características geográficas del sitio han aislado las diferentes poblaciones de otras zonas, permitiendo que se adapten a la perfección a su entorno y que desarrollen rasgos únicos generación tras generación. En el país se han identificado 58 centros de endemismo, y Río Claro hace parte de uno de ellos llamado Nechí - Nare.
Se estima que en la zona es posible encontrar alrededor de 100 especies de mamíferos, 350 de aves, 70 de reptiles, 45 de anfibios, 50 de peces, además de abundantes especies de insectos e invertebrados. Muchos de éstos se encuentran en vía de extinción por causa de la deforestación y destrucción del hábitat. Entre ellas se encuentran varias endémicas, como el Mico Tití, las aves Paujil, Torito y Atrapamoscas, el pez Bocachico y el pez Pataló. Además, durante el siglo XX se extinguieron en la región varios mamíferos de gran tamaño como el jaguar y la danta, a causa de la cacería indiscriminada.
En suma a lo anterior, esta zona tiene gran importancia gracias a que en ella se presentan fenómenos geológicos muy particulares. La cuenca del Río Claro ha pasado por muchos cambios que la han llevado a tener características únicas y muy relevantes para la riqueza de la región. Mucho tiempo atrás fue una costa de mar somero, bordeada por un arrecife coralino. También es posible observar la dinámica de la falla Palestina y sus predecesoras, que dejaron múltiples plegamientos con formas inusuales entre las paredes de mármol. Además, a partir de procesos geológicos y biológicos derivados de la cuenca del río, se originaron diferentes formaciones como taludes de mármol, acantilados, cavernas, estalactitas, estalagmitas y laderas. Estas características permiten que crezcan bosques sobre condiciones de suelo muy particulares llevando a formas de vida muy diversas.
Este maravilloso y tan único ecosistema permite tener la experiencia vívida de cómo funciona la Tierra. Nos permite reconocer que habitamos un planeta vivo y cambiante, del cual somos hijos. ¡Cuidémoslo para que este cañón pueda seguir narrando la historia de su territorio a su manera!
Info de www.rioclaroreservanatural.com
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